Dimitri &amp; Dedue B

¿Por qué andará siempre con ese asqueroso duscuriano? Qué extraño todo...

Lo habrá embaucado descaradamente. Los de su tierra son así de rastreros.

Dimitri enters the scene

Dedue enters the scene

Veo que están inmersos en una animada conversación. Continúen, por favor.

Ah... Este... Alteza, solo estaba...

Sí, sí, prosigan.

P-perdón, mi señor.

Soldado del Reino leaves the scene

La ignorancia aflora por todas partes. Me temo que en Faerghus es lo habitual hoy en día.

Entiendo que les extrañe verme siempre con usted.

¿Te preocupa, Dedue?

Claro que no. Pero...

Ya sé: te molesta que aseguraran que has conseguido tu puesto mediante halagos, ¿verdad?

Un poco, pero más porque manchan su honor al afirmarlo.

Estamos hablando de tus sentimientos, no de los míos. A mí no me afecta en absoluto; que digan lo que les apetezca.

Yo no puedo verlo así.

Pero, si no le importa que hablen mal de usted, ¿por qué ha intervenido?

Porque es mi deber.

Yo vi a los canallas que mataron a mi padre aquel día. Y no eran duscurianos.

A pesar de saberlo, no pude evitar la carnicería que tuvo lugar después.

Ni siquiera pude prevenir la deshonra que cayó sobre ustedes cuando los acusaron de regicidio.

No descansaré hasta expiar mi culpa. Se lo debo a ti y a quienes dejé morir.

Faerghus es una nación hostil hacía mí, pero usted es la excepción.

Me sacó del infierno en el que se había convertido mi vida. Me ofreció una oportunidad.

Dimitri
(...)

Arriesgó su vida por un completo desconocido.

En ese mismo momento, supe que pasaría el resto de mis días a su servicio.

Por eso mismo ofrecería mi vida sin dudarlo con tal de protegerlo.

De ahí que no pueda tratarlo como a un igual.

Hay aún mucha gente en el Reino que desprecia a los duscurianos. Sería muy pretencioso por mi parte querer ser su igual.

Dedue...

¿Mi señor?

¿De verdad crees que me importan las habladurías de semejantes necios?

Por supuesto que no. Perdone si lo he ofendido.

No, entiendo bien lo que dices. Y lo lamento.

Muy a mi pesar, continuaremos siendo señor y vasallo. Está claro que no voy a hacerte cambiar de opinión.

No pretenderé que seamos nada más ni nada menos. Es lo que querías, ¿no, Dedue?