Marianne & Hilda C

Hilda
¿Por qué tengo que limpiar yo la biblioteca?

Marianne
(...)

Hilda
«No estás ocupada, ¿verdad?» Pues ahora que lo dices, sí que estoy ocupada probando pastelitos, perdona que te lo diga.

Marianne
(...)

Hilda
¿Quién quiere ordenar libros? Con lo gordos que son y lo que se tarda en llevarlos de aquí para allá...

Marianne
(...)

Hilda
¿Verdad, Marianne? Tú piensas lo mismo, ¿no?

Marianne
N-no. No me molesta.

Hilda
¿No me dirás que te gusta limpiar? Ahora que lo pienso, pareces ser una persona a la que se le da bien.

Marianne
Eh, pues...

Hilda
¡Pues, es todo tuyo! La verdad es que yo solo voy a molestarte si me quedo.

Hilda
Ya lo digo yo siempre: «Si quieres que algo salga bien, deja en paz a quien lo haga».

Marianne
Ehm.

Hilda
Así que me voy a hacer unas cosillas. ¡Dejo esto en tus hábiles manos!

Marianne
Ay...

Hilda
Hola, Marianne, ¿has...? ¡Uy! ¿Qué ha pasado aquí?

Hilda
¡Esto está aún peor que antes! No me imaginaba que eso fuera posible.

Marianne
Lo siento, Hilda. No sabía cuál era la mejor manera de ordenar los libros...

Hilda
Ah. Bueno, lo hecho, hecho está. Voy a tener que enseñarte.

Hilda
Primero, hay que decidir dónde poner cada tema.

Hilda
Luego, quitas del sitio todos los libros que no pertenezcan a ese tema.

Hilda
Tendrás que ponerlos en otro sitio temporalmente. Por ejemplo, los libros de magia los ponemos aquí, y los de combate con espadas, aquí.

Hilda
Y, al final, ponemos los libros cada uno en su sección. Así.

Marianne
¡Hilda, eres increíble!

Hilda
Sí, sí, soy la mejor. Al final estoy haciendo esto yo sola, ¿no?

Marianne
Perdón. Supongo que lo mínimo que puedo hacer es ayudarte a ponerlo todo en los libreros.