Mi amado (...):

Estabas en lo cierto.
Al parecer, está más que dispuesto a dividir su casa en dos ramas...
Y lo que es peor: he oído que pretende pasarse al Reino con su mitad
de las tierras.

Cómo se le ocurre inmiscuir a otro país en sus problemas —por no
hablar de las disputas sobre la herencia— justo en este momento,
cuando la Alianza necesita estar más unida que nunca...
Ha debido de perder el juicio.
Por más que él cuente con un emblema mayor y tú con uno menor,
vuestro padre hizo bien al nombrarte heredero a ti.

Por cierto, me pregunto qué planes tienes para mí.
Esa bestia no deja de escribirme para proponerme matrimonio.
Aunque vuestros rostros sean idénticos, me niego en redondo
a desposarme con ese ser repugnante. Si no vienes pronto a por mí,
tendré que ir yo a tu encuentro. Cuanto antes, mejor: no olvides
que mi padre podría cambiar de opinión en cualquier momento.

Saldré de Derdriu al final de la luna solitaria. Más te vale tenerlo
todo preparado para mi llegada. Deseo celebrar nuestro enlace
durante la luna de la guirnalda. ¿Quieres saber por qué?
Toda mujer ha soñado alguna vez con ser una novia de la guirnalda.
Espero que lo entiendas. Haz que sea posible.
Claudia, segunda hija del archiduque de Riegan