El adiós (León Azul)

(...)

Antes de romperte el cuello, me gustaría preguntarte una cosa.

No te interpongas en mi camino.

No te he dado permiso para hablar libremente. Solo vas a responderme la siguiente pregunta:

Emperador del Fuego... o, mejor dicho, Edelgard, ¿qué te impulsó a provocar la tragedia?

(...)

Mataste a tu propia madre, pero ni siquiera has tenido la decencia de considerar las razones que motivaron tus actos, ¿verdad?

Ya te he dicho que no tuve nada que ver con aquello.

¡Ja! Sabía que era una pérdida de tiempo tratar de dialogar con una bestia mezquina como tú.

Soldado del Imperio enters the scene

Soldado del Imperio

Majestad, ¡ahora!

Soldado del Imperio, Soldado del Imperio leave the scene

Eres un monstruo...

¡Vamos, Hubert!

Edelgard leaves the scene

Hubert leaves the scene

Huir es inútil, muchachita desleal: el ejército de la Iglesia de Seiros no descansará hasta capturarte. Tu castigo es cuestión de tiempo.

Has profanado el Sagrado Sepulcro, deshonrado a la Diosa y humillado a tus hermanos...

Tus crímenes jamás serán perdonados, así ardas en el infierno eternamente y derrames toda tu sangre como sacrificio a la Diosa.

Byleth, Rhea enter the scene

Regresemos, profesor/sora. Debemos estudiar detenidamente nuestros próximos movimientos.

Rhea leaves the scene

(...)

¿Estás bien?
No doy crédito. Edelgard...

No hemos logrado derrotarla.

Dedue enters the scene

Dedue

Mi señor...

La mataré. Asesinaré a Edelgard con mis propias manos. ¡Lo juro!